Contenido: DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos — Los recientes comentarios del expresidente Donald Trump sobre la posible reanudación de las pruebas nucleares en Estados Unidos han sacudido las bases de la política nuclear estadounidense. Esta sugerencia se produce en un contexto global donde otros países están ampliando y probando sus arsenales nucleares. La relevancia del tema ha aumentado, especialmente tras las amenazas nucleares de Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania.

Rusia ha confirmado la prueba de un misil de crucero nuclear, conocido como Burevestnik, y un dron submarino armado. Además, China está construyendo más silos de misiles nucleares, mientras que Corea del Norte ha presentado un nuevo misil balístico intercontinental que planea probar.

Trump hizo sus comentarios en su plataforma Truth Social, justo antes de una reunión con el líder chino Xi Jinping. En su publicación, afirmó: "He instruido al Departamento de Guerra para que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato". Esto ha generado dudas sobre la estructura de mando, ya que el arsenal nuclear de Estados Unidos es administrado por el Departamento de Energía y la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, no por el Departamento de Defensa.

Trump también afirmó que Estados Unidos posee más armas nucleares que cualquier otro país. Según la Asociación de Control de Armas, Rusia tiene 5.580 ojivas nucleares, mientras que Estados Unidos cuenta con 5.225. Estas cifras incluyen ojivas retiradas que están en espera de desmantelamiento.

Desde 1945 hasta 1992, Estados Unidos realizó 1.030 pruebas nucleares, la mayor cantidad a nivel mundial. La última prueba se llevó a cabo el 23 de septiembre de 1992 en Nevada. Desde entonces, el país ha mantenido su arsenal nuclear mediante modelos computacionales y técnicas avanzadas, sin realizar pruebas.

La reanudación de las pruebas nucleares plantea interrogantes sobre su propósito. Expertos en no proliferación advierten que cualquier objetivo científico podría ser eclipsado por la reacción internacional. Un artículo del Boletín de Científicos Atómicos señala que reiniciar el programa de pruebas nucleares podría desencadenar una carrera armamentista global.

"Reiniciar el programa de pruebas nucleares de Estados Unidos podría ser una de las acciones políticas más trascendentales que emprenda la administración Trump", advirtieron los expertos.

Cualquier futura prueba probablemente se llevaría a cabo en Nevada, pero se requeriría un extenso trabajo de preparación, dado que han pasado más de 30 años desde la última prueba. Según una presentación de 2018 de los Laboratorios Nacionales de Los Álamos, una prueba nuclear podría requerir de dos a cuatro años para planificarse y ejecutarse, lo que implica un esfuerzo considerable.

La situación actual resalta la complejidad y las implicaciones de la política nuclear en un mundo donde las tensiones continúan en aumento.