 
Los futuros recortes de Trump a la investigación y a la observación de los fenómenos terrestres a través de los satélites estadounidenses ha hecho saltar las alarmas de los científicos que están buscando alternativas en los artefactos espaciales de China.
Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentra el investigador del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de Córdoba, Pablo Zarco-Tejada, aborda en un artículo publicado por la revista Nature Geoscience destacando la importancia de que China comparta los datos de observación terrestre generados por sus satélites.
El artículo, titulado I mpulsar el intercambio de datos geocientíficos en China, destapa el reto que se visibiliza ahora: el de sostener el avance científico ante los futuros recortes en la financiación de los programas de observación terrestre del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.
Agencias afectadas
Según ha informado el IAS-CSIC, la reducción prevista en la financiación de los programas de observación terrestre en Estados Unidos, con posibles recortes significativos en 2026 , que amenazan con retrasar, cancelar o limitar misiones satelitales clave.
Entre las afectadas están agencias como la NASA, el USGS (Servicio Geológico de Estados Unidos) y la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE UU), podría « comprometer la continuidad y la calidad de los datos globales disponibles , actualmente utilizados de forma masiva internacionalmente».
En este contexto, el trabajo argumenta que «una mayor integración y acceso abierto a los datos de observación terrestre generados por China es fundamental para sostener el avance científico, mejorar la preparación ante desastres y fortalecer la cooperación internacional».
Falta de accesibilidad a los datos chinos
Aunque misiones como Fengyun, Gaofen, Haiyang, Ziyuan, TanSat y Sdgsat-1 proporcionan información valiosa sobre la atmósfera, la superficie terrestre y los océanos, su uso fuera de China sigue siendo muy limitado debido a la falta de portales accesibles , escasa documentación, baja interoperabilidad y barreras lingüísticas. De hecho, más del 95% de las publicaciones que citan Gaofen y el 98% que citan Fengyun provienen de instituciones chinas.
En contraste, Estados Unidos y Europa han liderado el acceso abierto a datos satelitales con programas como Landsat, Modis y Copernicus, «cuyos beneficios científicos y económicos se han multiplicado gracias a políticas de datos libres».
Y por lo que respecta a las empresas privada s, «han ampliado el acceso a imágenes de alta resolució n, pero sus datos suelen ser propietarios y menos adecuados para la ciencia a largo plazo».
 
Abrir los archivos chinos
El artículo sostiene que «abrir los archivos chinos permitiría enriquecer el registro global, facilitar la fusión de datos, impulsar productos listos para el análisis y reforzar el papel de China en la cooperación espacial y la lucha contra el cambio climático , por no hablar del elevado retorno económico».
Es significativo que el programa Landsat pasó de generar 3.450 millones de dólares en 2017 a 25.600 en 2023, tras adoptar políticas de acceso abierto. Para lograrlo, recomienda medidas como « crear portales centralizados, adoptar estándares internacionales, mejorar la documentación , fomentar la formación y lanzar proyectos piloto colaborativos».
En un contexto de cambio planetario acelerado, el artículo concluye que «el verdadero valor de la observación terrestre reside en el conocimiento que genera y que el intercambio abierto de datos es clave para afrontar los desafíos globales».

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