Tengo la absoluta convicción de que Petro no es Maduro y de que Uribe no es un Fascista. También, de que Petro no es un líder internacional del narcotráfico, como tampoco lo es Uribe. Pero no hay duda, Petro, al que no le importan los principios y ha normalizado la ilegalidad, es el gran culpable de señalizar, facilitar y habilitar el camino que nos conduce al régimen venezolano y al grave deterioro que afrontamos en la lucha contra el narcotráfico, la criminalidad y la violencia. Hoy, puedo afirmar que el pasado fue mejor.

Descalificaciones exageradas, cargadas de cálculo electoral son alimento para el caudillismo, distraen la justicia y cierra filas a favor de dirigentes mediocres y altamente cuestionados. Petro y Uribe, representan el mal y el bien respectivamente, movilizan una poblac

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