Desde las primeras horas del domingo, el panteón municipal de Querétaro, en la colonia Cimatario, se convirtió en un lugar de vida, color y memoria, al recibir a miles de familias que acudieron a honrar a sus seres queridos fallecidos. Las puertas se abrieron para dar paso a una tradición que, año con año, reúne generaciones en un ritual que combina solemnidad, convivencia y respeto por quienes ya no están.

Desde temprano comenzaron a formarse en la entrada principal, donde personal municipal y de seguridad revisaba mochilas y bolsas para garantizar un acceso seguro, prohibiendo el ingreso de objetos no permitidos.

En los alrededores del panteón, los puestos de flores daban cuenta de la magnitud del evento. Las flores de cempasúchil fueron las más demandadas, aunque también se ofrecían d

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