La gripe aviar sigue extendiénse en diferentes puntos del país y esta vez ha llegado hasta el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real. La voz de alarma la ha dado en esta ocasión Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, miembro del Patronato del Parque, en representación de Ecologistas en Acción y otros grupos conservacionistas, al advertir de la detección de casos de gripe aviar en este espacio natural.
El biólogo ha denunciado además que ni la dirección del parque nacional, la Presidencia del Patronato o la Comisión Mixta han informado a los miembros del Patronato de la detección del virus en aves silvestres. “Es más, desde el 4 de diciembre de 2024 no se ha reunido al Patronato para nada”, ha criticado.
Reconoce que “el contagio no supone un riesgo inmediato para la salud humana”, pero afirma que sí pone de relieve “la vulnerabilidad de los ecosistemas acuáticos degradados, como es el caso de Las Tablas de Daimiel y la necesidad de revisar la gestión ambiental del espacio protegido”, además de la “falta de medidas preventivas eficaces”.
Por eso hace también un llamamiento a la ciudadanía para exigir “una gestión ambiental basada en la evidencia y en la protección efectiva de los ecosistemas, no en la mera contención de crisis puntuales”.
El director del parque llama a la tranquilidad
El director del parque nacional de las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, pide “tranquilidad”. Ha confirmado que se han retirado cuatro cadáveres de grullas y se han avistado otros cuatro ejemplares más con comportamientos anómalos, ya que el virus afecta en particular a su sistema neurológico.
En el espacio natural se ha activado un programa de seguimiento y se está procediendo al enterramiento de los cadáveres de las aves, siguiendo las recomendaciones de los veterinarios del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre 'El Chaparrillo' ubicado en esta provincia.
Desde este centro, la veterinaria Rocío Gómez Pérez ha explicado a elDiario.es Castilla-La Mancha que los cadáveres de las aves no pueden moverse del sitio para que no se produzcan otros focos contaminantes, y que de momento, desde este centro están pendientes de la toma de muestras para su posterior análisis. Según ha comentado, el brote comenzó hace unas dos semanas.
Pese a la posición oficial de la dirección del parque nacional, el biólogo Rafael Gosálvez recuerda que este tipo de patógenos “pueden transmitirse a la fauna silvestre o provenir de esta y diseminarse a través de aguas residuales, el transporte de piensos y el contacto indirecto con aves migratorias” y que pueden afectar “especialmente” a humedales como las Tablas de Daimiel, situadas en las rutas de paso de miles de aves cada año.
El marco de expansión de la ganadería industrial con modelo de macrogranjas avícolas intensivas, constituye un entorno perfecto para la mutación y diseminación de virus como el de la gripe aviar
Rafael Ubaldo Gosálvez — Investigador de la UCLM y patrono en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
Gosálvez considera que este episodio “no puede tratarse como un hecho aislado, sino como la consecuencia de años de desecación, sobreexplotación del acuífero y pérdida de biodiversidad”. En este sentido, sugiere que la reducción drástica de los niveles hídricos, el estrés de la avifauna residente y el contacto entre aves migratorias y locales generan condiciones propicias para la transmisión de patógenos. “Cuando un ecosistema pierde equilibrio, las enfermedades emergen como una respuesta natural del colapso ambiental”, afirma el también investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Y esto sucede, abunda, “en un marco de expansión de la ganadería industrial con modelo de macrogranjas avícolas intensivas, caracterizado por altas densidades de animales, escasa diversidad genética y condiciones de hacinamiento”. Eso es algo que en su opinión, “constituye un entorno perfecto para la mutación y diseminación de virus como el de la gripe aviar”.
Incide el biólogo en que la intensificación industrial “no solo amenaza la biodiversidad y los recursos hídricos, sino que pone en riesgo la salud pública al favorecer la aparición de nuevas enfermedades zoonóticas” y recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO han advertido “reiteradamente” que la expansión de la ganadería intensiva y la destrucción de hábitats naturales incrementan el riesgo de pandemias.
Piden “medidas urgentes” y la creación de un comité científico
Desde los grupos ecologistas regionales con representación en el Patronato del humedal reclaman a las administraciones competentes, tanto el Ministerio para la Transición Ecológica, como la Junta de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Agricultura, la adopción “urgente” de medidas.
Entre esas medidas proponen la “restauración ecológica real” del parque nacional, garantizando “caudales ecológicos suficientes y el fin de las extracciones ilegales de los acuíferos del Alto Guadiana”.
Precisamente, hace menos de una semana que el secretario de Estado de Medio Ambiente Hugo Morán visitó el parque nacional. Allí anunció que las concesiones de agua para riego estarían “condicionadas” al “riesgo” en el humedal.
También reclaman una “moratoria inmediata” a la instalación o ampliación de macrogranjas avícolas alrededor de espacios protegidos como las Tablas de Daimiel, además de la promoción de modelos ganaderos sostenibles, de pequeña escala, con criterios de bienestar animal y respeto al equilibrio ecológico o la revisión ambiental y sanitaria de las explotaciones existentes, “con especial atención a la gestión de residuos, purines y aguas contaminadas”.
Después, exigen “transparencia y coordinación interinstitucional en la gestión sanitaria y ecológica del parque”, un refuerzo del seguimiento científico sobre fauna silvestre y calidad del agua, “con publicación abierta de los datos de vigilancia epidemiológica” o la aplicación “efectiva” de medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas del entorno y control riguroso de vertidos y residuos.
Hace falta una gestión ambiental basada en la evidencia y en la protección efectiva de los ecosistemas, no en la mera contención de crisis puntuales
Rafael Gosálvez — Investigador de la UCLM y miembro del Patronato de las Tablas
Finalmente reclaman la creación de un comité científico independiente “para evaluar los riesgos zoonóticos derivados del deterioro del ecosistema” porque, según insisten, “el virus de la gripe aviar se propaga fundamentalmente entre aves, pero su persistencia y mutabilidad se ven favorecidas por los ecosistemas degradados y por la intensificación agroganadera”.
“Las Tablas de Daimiel es uno de los termómetros de la salud ambiental de toda la Mancha húmeda. La gripe aviar no es solo un problema sanitario: es una señal de alarma de un sistema colapsado por la inacción política y la falta de respeto al equilibrio ecológico”, concluye Rafael Gosálvez.
La Junta de Castilla-La Mancha: “La gestión y las actuaciones corresponden al Estado”
Desde la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad de Castilla-La Mancha deriva la responsabilidad en el Gobierno de España. “Nosotros no tenemos la competencia, ni personal allí dedicado a estas funciones”, aseguran las fuentes consultadas, que también ponen en el tejado del Ejecutivo central las posibles medidas a tomar.
“La gestión del Parque nacional de las Tablas depende del Estado, y ellos son los que saben lo que están haciendo y los casos que tienen”, concluyen las mismas fuentes.
Este medio se ha puesto en contacto con el Ministerio para la Transición Ecológica sin que por el momento haya habido respuesta. No obstante, fuentes del Ministerio de Agricultura apuntan que es la comunidad autónoma la que tiene que declarar los casos y adoptar medidas, ya que las competencias en sanidad animal son autonómicas. “El Ministerio tiene el laboratorio de referencia que confirma la existencia de datos, y coordina la política al respecto”, concluyen.

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