El cometa 3I/ATLAS ha vuelto a ser visible desde la Tierra tras su paso detrás del Sol, y lo ha hecho con una sorprendente coloración azul tenue, en lugar de su habitual verde brillante. Este cambio inesperado ha captado la atención de los científicos, quienes ahora tienen la oportunidad de estudiar más a fondo este objeto interestelar.

Detectado por primera vez en 2024, el 3I/ATLAS es el tercer objeto de su tipo conocido, después de 1I/‘Oumuamua y 2I/Borisov. Se desplaza a más de 210.000 kilómetros por hora y sigue una trayectoria hiperbólica, lo que significa que no será capturado por la gravedad solar. Este cometa, que podría tener más de 7000 millones de años, es más antiguo que el propio Sistema Solar.

Durante su paso más cercano al Sol, que ocurrió entre el 29 y el 30 de octubre, el cometa se situó a 1,36 unidades astronómicas de la estrella, justo dentro de la órbita de Marte. Aunque su posición bloqueó la vista desde la Tierra, los investigadores mantuvieron el seguimiento mediante telescopios espaciales. Al reaparecer en el cielo del hemisferio norte, los astrónomos confirmaron que el cometa aún conservaba estabilidad estructural y mostraba un brillo mayor al esperado.

Qicheng Zhang, investigador del Observatorio Lowell, fue uno de los primeros en fotografiar el cometa tras su reaparición. "Todo lo que necesitas es un cielo despejado y un horizonte oriental muy bajo. No se verá muy impresionante, es solo una mancha, pero será una mancha cada vez más visible en los próximos días", comentó Zhang.

El cometa también pasó cerca de Marte el 3 de octubre, a aproximadamente 28 millones de kilómetros del planeta rojo. Se espera que se acerque a la Tierra a 270 millones de kilómetros a fines de diciembre, y posteriormente tendrá un paso próximo a Júpiter antes de regresar al espacio profundo. La NASA ha asegurado que no representa ninguna amenaza para nuestro planeta.

El cambio de color del cometa ha generado gran interés. Inicialmente, se observó un tono rojizo, posiblemente por polvo desprendido. Luego, adquirió un matiz verde, pero su reciente reaparición mostró un azul leve y persistente. Los investigadores sugieren que esta coloración podría deberse a la liberación de gases como monóxido de carbono o amoníaco, que reflejan la luz solar de manera diferente. Sin embargo, se requieren más observaciones para confirmar esta teoría.

El profesor Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, destacó que el objeto se volvió mucho más brillante de lo esperado. "El color del objeto es azul, más azul que el Sol, y eso es muy sorprendente", afirmó. Aunque algunas teorías han vinculado al cometa con tecnología no humana, la comunidad científica mantiene una postura cautelosa.

Las mediciones químicas han indicado que el 3I/ATLAS tiene una composición diferente a la de los cometas tradicionales, con una alta proporción de dióxido de carbono y niveles inusuales de níquel. Esto sugiere que el cometa se formó en condiciones distintas a las del Sistema Solar.

Los observatorios de todo el mundo están preparando más campañas de seguimiento, y la NASA ha habilitado herramientas interactivas para la observación ciudadana. El cometa 3I/ATLAS continuará alejándose en las próximas semanas, dejando un legado de datos que podrían ayudar a reconstruir la historia química de la galaxia y entender la formación de los mundos. Su tono azul sigue siendo un misterio sin una explicación definitiva, lo que resalta la importancia de las preguntas abiertas en la ciencia.