Zohran Mamdani, «joven, musulmán y socialista democrático» en sus propias palabras, acaba de ganar la alcaldía de Nueva York. Su ideario económico –«los impuestos no son un robo; el capitalismo sí lo es»– no deja lugar a dudas sobre su radicalismo. Sin embargo, más allá del ruido ideológico, conviene observar con detalle qué propone exactamente y, sobre todo, qué margen real tiene para aplicar sus recetas. Porque una cosa es el fervor anticapitalista de campaña, y otra muy distinta, la aritmética de competencias y presupuestos.

La medida estrella de Mamdani es la congelación de los alquileres. Pero, a diferencia de lo que se está diciendo en España, no se trata de un control generalizado. Nueva York tiene tres tipos de viviendas en alquiler: las de mercado libre, las de alquiler estabiliz

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