Encontrar una bomba de la Guerra Civil en pleno siglo XXI puede parecer algo imposible, pero en Aragón sigue ocurriendo con más frecuencia de la que se puede uno imaginar. Han pasado más de ocho décadas desde el conflicto, pero los explosivos de la guerra siguen apareciendo bajo el suelo de campos, viviendas antiguas o durante obras. El pasado 31 de octubre, apareció un proyectil de artillería en la emita de Salas, en Huesca , lo que ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de saber cómo actuar ante este tipo de descubrimientos.

Durante las obras de restauración de esta ermita, los operarios encontraron incrustado en la cúpula un objeto metálico sospechoso. Tras alertar al 091, agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana confirmaron que se trataba de un proyectil d

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