Las ciudades cambian de piel, pero a veces conservan bajo tierra rastros de antiguos límites fluviales . Un ejemplo claro es el hallazgo de un puerto romano en un punto del actual casco urbano de Sevilla donde hoy no existe orilla ni embarcadero alguno.

La zona, antaño atravesada por cauces que enlazaban con el Betis, formaba parte del extenso sistema de navegación que conectaba Híspalis con Roma mediante el transporte de productos como vino, aceite y garum . El descubrimiento ha devuelto a la superficie una parte de aquella red desaparecida que convirtió la Bética en una potencia comercial del Imperio .

Las excavaciones revelan una red de canales que unía Híspalis con el Mediterráneo

El hallazgo se produjo durante la excavación previa al proyecto Residencial en Artillería del grupo ABU, tal y como publicó ABC de Sevilla . Los arqueólogos Florentino Pozo y Rosa Gil confirmaron que bajo el solar existía una infraestructura portuaria romana del siglo I .

En el terreno, situado junto al puente de San Bernardo y muy cerca de la Plaza España, aparecieron canales, un embarcadero y restos del pantalán utilizados para el trasiego de mercancías entre barcazas y almacenes. Los expertos precisaron que las capas superiores correspondían a rellenos industriales de los siglos XVI y XVII, lo que había permitido conservar las estructuras antiguas casi intactas.

Los materiales romanos sirvieron siglos después para levantar edificios del Renacimiento sevillano

El equipo documentó un canal principal de casi cinco metros de anchura y tres de calado , además de varios secundarios que formaban una r ed navegable conectada con el puerto de Híspalis . Las barcazas, conocidas como scaphas , trasladaban las ánforas cargadas de productos hasta embarcaciones mayores. En torno al muelle aparecieron numerosas ánforas rotas, procedentes en su mayoría de talleres de la bahía de Cádiz . Estas piezas se aprovecharon para sujetar los tablones del embarcadero y prolongar su uso, un recurso muy frecuente en la arquitectura portuaria romana.

Las crecidas del siglo I sepultaron el antiguo muelle bajo capas de limo y escombros

El puerto formaba parte de una zona pantanosa que los romanos desecaron mediante canales artificiales. La infraestructura facilitó la circulación de mercancías desde el interior de la Bética hasta la capital imperial. Las excavaciones revelaron que el terreno experimentó varios episodios de inundación . Uno de ellos cubrió por completo el sistema portuario a mediados del siglo I, lo que redujo el calado y obligó a rellenar los canales con escombros y tierra traída de otras zonas.

Sobre esa superficie se estableció posteriormente un cementerio de época romana tardía . Los arqueólogos constataron enterramientos y urnas de incineración, aunque en número limitado, ya que otra gran crecida cubrió el área de limos y detuvo su uso funerario. También se detectaron restos de un columbario edificado sobre el antiguo canal , del que solo se conserva la base de las estructuras de ladrillo.

Bajo un terreno del centro de la ciudad, los arqueólogos han localizado un antiguo puerto del siglo I que demuestra la intensa actividad comercial de la Bética

El expolio de materiales se convirtió siglos después en una práctica común. Pozo explicó que los constructores de los siglos XVI y XVII reutilizaban piedras y ladrillos romanos para levantar nuevos edificios, ante la falta de canteras en la ciudad. Los basamentos de acueductos, los brocales de las piletas y los elementos de las conducciones hidráulicas desaparecieron entonces, lo que dificulta la conservación de los restos. El arqueólogo subrayó que en aquella época se valoraba más la utilidad de los materiales que su origen histórico .

La obra moderna respetará el legado arqueológico descubierto en el solar de Artillería

El solar, ubicado entre las calles José María Moreno Galván y Jiménez Aranda, estaba asentado sobre el antiguo montículo de Monterrey , formado por vertidos urbanos. Bajo varios metros de capas modernas se halló una franja de limos que selló las ruinas antiguas. Ese nivel de inundación permitió preservar las estructuras portuarias hasta la actualidad.

El grupo ABU comunicó que el descubrimiento ha sido analizado y documentado con criterios de protección patrimonial , de modo que la construcción del nuevo complejo residencial respetará la memoria arqueológica del lugar. El resultado devuelve a Sevilla una pieza de su pasado marítimo en un espacio que hoy se levanta tierra adentro.