A un año, un mes, de la toma de protesta de Javier López Casarín como alcalde de Álvaro Obregón, las promesas no cumplidas comienzan a destacar, la percepción de la inseguridad ha aumentado en 10 puntos porcentuales; las y los habitantes viven entre espacios públicos olvidados y calles con autos abandonados, luminarias apagadas, con baches y fugas de agua, por mencionar algunos.

Los reclamos de las y los vecinos se hacen notar en redes sociales, algunos llevan días, semanas, o incluso meses, pidiendo apoyo al Gobierno de Casarín. Además, llegan quejas directas a este medio y a través de legisladores.

Álvaro Obregón es una de las demarcaciones más grandes y desiguales de la Ciudad de México —con algunas colonias de alto poder adquisitivo y otras con altos niveles de pobreza—, denunciantes

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