Tictac, tictac. El reloj sigue corriendo en contra del gobierno municipal. El volantazo de Vox para tumbar la Zona de Bajas Emisiones obligó al PP a explorar una vía alternativa con la que desbloquear la ordenanza, pues su no aprobación podría costarle al Ayuntamiento de València 115 millones de euros , es decir, una cifra equivalente a la partida anual para inversiones en la ciudad. Hasta ayer, la vía alternativa consistía en negociar únicamente con el PSPV. Vox no quiere saber nada del proyecto y a Compromís les habían vetado. El PP consideraba que el entendimiento con los socialistas sería mayor, pero la negociación está atascada.

El principal punto de discrepancia es el Corredor Verde, una de las exigencias de los socialistas para sentarse a hablar. “Para nosotros es inamovible. Se

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