Empiezo esta inane relación con un par de chascarrillos, el uno de aquí para allá; el otro de allá para acá. En cierto pequeño pueblo del Sur de la República un español y un mexicano discutían acerca de quiénes eran más inteligentes, los mexicanos o los españoles. En el lugarejo había dos tiendas de abarrotes, la de Venancio el español y la de Pancho el mexicano. Los que discutían acordaron ponerles una prueba a fin de medir la inteligencia de cada uno. Llegaron primero con Venancio y le preguntaron: “¿Tienes velas con el pabilo para abajo?”. “¿Velas con el pabilo para abajo? -se desconcertó Venancio-. No, no tengo. Las velas que tengo son todas con el pabilo para arriba”. Fueron luego a la tienda de Pancho el mexicano. “¿Tienes velas con el pabilo para abajo?”. “¿Velas con el pabilo para

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