LA PAZ, Bolivia (AP) — El centroderechista Rodrigo Paz juró el sábado como nuevo presidente de Bolivia y abrió una nueva era política en el país andino tras casi 20 años de hegemonía socialista.

“Nos tocan cinco años de servicio y no de poder, no nos han entregado un trono sino una tarea. Es el tiempo de una democracia verdadera y de respeto a la ley, nadie está por encima de la ley. Vamos a superar ese pasado de desgracia y de indignidad”, señaló Paz en su primer discurso como mandatario.

Vestido con traje oscuro y corbata celeste, Paz juró en la Asamblea Legislativa levantando la mano derecha ante la Biblia y una cruz. El encargado de tomarle juramento fue su carismático vicepresidente, el expolicía Edman Lara, que lucía un uniforme de gala de esa fuerza.

“Dios, patria y familia, sí juro”, dijo Paz, quien luego recibió la banda y medallas presidenciales.

La asunción de Paz, de 58 años, ha generado gran expectativa entre los bolivianos cansados de la aguda escasez de combustibles y los altos precios de los alimentos que caracterizan a la peor crisis económica en 40 años.

Muchos bolivianos siguieron la ceremonia esperando en largas filas para cargar combustible, uno de los mayores problemas que Paz debe enfrentar.

“El país que recibimos está devastado... endeudado moral y materialmente, filas interminables para conseguir combustible, mercados vacíos", dijo Paz en su discurso.

“Bolivia vuelve al mundo, nunca más aislada”, agregó en medio de cuestionamientos a los casi 20 años de gobierno del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025). “Nunca más el país estará secuestrado bajo una ideología, la ideología no da de comer”, sostuvo.

El MAS tuvo una época dorada durante el auge de las materias primas a principios de la década de 2000, pero la nacionalización de los hidrocarburos y la falta de inversión hizo que las exportaciones de gas natural se desplomaran y se quedara sin recursos para su modelo económico estatista de abultados subsidios y tipo de cambio fijo.

“Tras dos décadas de gobierno de izquierda (Paz) podrá contar con la buena voluntad de los inversores extranjeros y la comunidad internacional. Su tarea no será fácil. Si actúa con demasiada lentitud o sus políticas se estancan y no logran sacar a Bolivia de su agujero económico, Paz corre el riesgo de perder capital político”, dijo a The Associated Press Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, un centro de estudios internacionales con base en Washington.

Los presidentes de Argentina, Javier Milei; de Chile, Gabriel Boric, de Ecuador, Daniel Noboa; de Uruguay, Yamandú Orsi, y Santiago Peña de Paraguay asistieron a la investidura en la Asamblea Legislativa en La Paz .

Con una campaña modesta, Paz no partió como favorito y ninguna encuesta anticipó su victoria electoral. Su triunfo se apoyó en los sectores moderados y los desencantados con Morales y Arce.

Paz ha prometido ajustes graduales para salir de la crisis, un “capitalismo para todos” y repartir el presupuesto en partes iguales entre el gobierno central y las nueve regiones del país. A su vez anunció una reducción de la burocracia y un drástico recorte del gasto para salvar el déficit fiscal que equivale al 10% del Producto Interno Bruto (PIB).

En el primer semestre el PIB se contrajo 2,4%, y para septiembre la inflación acumulada era de 18%, según el estatal Instituto Nacional de Estadística.

El Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Paz sólo controla el 39% de los 166 miembros de la Asamblea Legislativa, por lo que deberá trabajar en una alianza sólida con los bloques de otras fuerzas.

En ese sentido, anunció que llevará adelante un gran acuerdo nacional para impulsar reformas desde la Asamblea Legislativa y aseguró que el desarrollo del país “irá de la mano del medio ambiente”.

Tras la ceremonia paseó por la plaza de armas junto a su familia, recibió el reconocimiento de los militares como Capitán General de las Fuerzas Armadas y un bastón de mando. Un obispo católico dio su bendición al mandatario en las puertas de la catedral, tras lo cual Paz compartió un almuerzo con sus invitados.

Cerca de la plaza mayor donde se desarrollaba la ceremonia, la vendedora de frutas en un puesto callejero Sonia Merino dijo a AP que “tengo fe en Paz, siento que va a cambiar esta crisis, pero tengo miedo de los ajustes y las consecuencias. Ya no es tiempo de promesas, ahora hay que mostrar acciones”.

Luego de su victoria en el balotaje del 19 de octubre Paz tomó distancia del bloque del ALBA —que Bolivia integra con Cuba, Nicaragua y Venezuela— y se acercó a Estados Unidos, del que su país estaba distanciado tras la expulsión del embajador estadounidense en 2008 durante el gobierno de Morales.

También tuvo acercamientos con organismos financieros internacionales para un futuro programa de asistencia económica.

El nuevo mandatario ya alcanzó un primer acuerdo con la Corporación Andina de Fomento, que otorgará un crédito de 3.100 millones de dólares para impulsar la recuperación económica.

Paz también adelantó que su gobierno cooperará con todas las organizaciones internacionales en materia de seguridad incluyendo la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), expulsada por Morales a finales de 2008 por injerencia en asuntos internos.

Para el domingo está prevista la posesión de su gabinete de ministros y el anuncio de sus primeras medidas para enfrentar la complicada situación económica.