TOKIO (AP) — Japón anunció el viernes que reanudó sus exportaciones de mariscos por primera vez desde que China impuso una prohibición debido al vertido de aguas residuales radiactivas tratadas de la central nuclear Fukushima Daiichi, afectada por un tsunami, hace más de dos años.
Minoru Kihara, secretario jefe del gobierno, dijo a reporteros que el miércoles se enviaron a China 6 toneladas métricas (6,6 toneladas) de vieira cosechada en Hokkaido, en el primer envío de este tipo al país desde que Beijing vetó los mariscos japoneses en agosto de 2023.
China anunció en junio que aliviaría la prohibición y se alistaría para la reanudación de las importaciones, tras repetidas negociaciones entre ambas partes.
Los vertidos de aguas residuales de la planta de Fukushima Daiichi —que fueron objeto de debate durante años en el país debido a la preocupación por el daño reputacional a la región y a sus productos— también se convirtieron en un importante asunto político entre Japón y sus vecinos, incluidos China y Corea del Sur.
La medida fue un duro revés para la industria pesquera japonesa, especialmente para las exportaciones de vieiras y pepinos de mar. China era el principal mercado extranjero para los mariscos japoneses.
"El gobierno considera este avance como algo positivo", afirmó Kihara, que instó a China a seguir con el registro de las solicitudes pendientes de exportadores de mariscos japoneses.
Las autoridades chinas mantienen el veto a los mariscos procedentes de Fukushima y de nueve prefecturas cercanas, impuesto justo después del accidente nuclear.
Kihara manifestó que Japón también continuará pidiendo a Beijing que levante las prohibiciones restantes y reanude la importación de carne de res del país.
En Beijing, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, dijo que China seguirá gestionando las importaciones de mariscos japoneses “en estricta conformidad con las leyes y regulaciones para garantizar la seguridad alimentaria de la población” y apuntó que las restricciones se reimpondrán de inmediato si se detectan riesgos. Además, las autoridades continuarán con el muestreo y el monitoreo internacional e independiente de los vertidos de aguas residuales, agregó.
La planta de Fukushima Daiichi sufrió tres fusiones parciales en seis de sus reactores tras un masivo terremoto y un posterior tsunami en 2011, que causaron la fuga de enormes cantidades de aguas residuales radiactivas que deben almacenarse en tanques.
La empresa que gestiona las instalaciones obtuvo la autorización del gobierno de Japón y el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica para la liberación gradual del agua al mar después de su tratamiento y dilución. La medida busca crear espacio para construir las instalaciones necesarias para el desmantelamiento que ya está en curso, mientras se evita el derrame accidental de las aguas residuales de los tanques.
Las autoridades japonesas dijeron que el impacto de las aguas residuales en el medio ambiente y en la población sería insignificante, y el informe integral del OIEA confirmó posteriormente que los vertidos cumplen con las normas de seguridad internacionales.

Associated Press Spanish
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