Tras una temporada plagada de problemas y un rendimiento general por debajo de lo esperado, Alpine mostró un sorpresivo resurgimiento en el Gran Premio de Brasil de la Fórmula 1. La frustración de un coche difícil de manejar y poco competitivo pareció disiparse en Interlagos, donde el A525 exhibió una velocidad y consistencia que no se le habían visto en meses.

Este cambio no fue casualidad. Según un informe del sitio especializado Les Alpinistes esto fue el resultado directo de que los ingenieros finalmente lograron abordar dos fallas crónicas que habían perjudicado al coche durante gran parte del año.

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El primer gran avance se centró en la conexión del coche con el asfalto y la estab

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