La Guardia Civil, a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), en coordinación con la Dirección General de Salud Pública del Govern balear, ha llevado a cabo una intervención sanitaria.
Durante una inspección realizada el pasado mes de abril en una empresa distribuidora de pescados y mariscos situada en Palma de Mallorca, fueron localizadas 20 toneladas de marisco y pescado considerados no aptos para el consumo humano. Este tipo de irregularidades puede tener consecuencias muy graves, especialmente cuando la mercancía se destina a restaurantes o grandes superficies
Fue entonces cuando los agentes, junto con técnicos sanitarios, pudieron comprobar que la mayoría de los productos estaban caducados, ya que presentaban fechas de consumo del año 2019. Además, también se

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