El Gobierno argentino ha decidido suspender las reuniones del Consejo de Mayo por los próximos días. Este organismo, creado por el presidente Javier Milei, se encarga de debatir las reformas incluidas en el Pacto de Mayo. Según fuentes oficiales, no se prevé una nueva reunión hasta principios de diciembre.

El Consejo de Mayo, que se reunía mensualmente con miembros multisectoriales y semanalmente con equipos técnicos del Poder Ejecutivo, empresarios y sindicatos, ha visto interrumpida su dinámica habitual. Esta decisión se debe a la incomodidad en la cúpula del Gobierno por las filtraciones de propuestas discutidas en el Consejo. Una figura clave del Gabinete de Milei comentó: "Hay filtraciones que no hacen bien a lo que nosotros queremos hacer, que es presentar las reformas sin ruidos en la previa y propiciar que se aprueben en el Congreso".

Recientemente, se generó un intenso debate mediático sobre diversas iniciativas surgidas de las discusiones del Consejo. Desde el oficialismo se indica que algunas propuestas están siendo consideradas, mientras que otras han sido descartadas. Tras la salida de Guillermo Francos, el actual jefe de Gabinete, Manuel Adorni, asumió la presidencia del Consejo. Este cuerpo también incluye al ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y representantes de las provincias, el Congreso, los sindicatos y el empresariado.

Se había anticipado que la próxima reunión se llevaría a cabo el 27 de noviembre, pero ahora se ha confirmado que se pospondrá. Una fuente ministerial indicó: "Las reuniones políticas no deberían reanudarse hasta los primeros días de diciembre". Hasta el momento, no se han enviado mensajes sobre el cambio de fecha en el grupo de WhatsApp del Consejo.

La tensión por las filtraciones ha aumentado, especialmente en relación a la reforma laboral, que ha sido objeto de considerable atención mediática. Desde el Ejecutivo se señala que algunas iniciativas discutidas han sido malinterpretadas como si fueran a implementarse. Una figura central del Gobierno afirmó: "Decidimos mantener algunas reuniones en estricta confidencialidad. Ahora sí que no se van a enterar ni van a tener información de qué vamos a hablar".

Sin embargo, un miembro del Consejo ha acusado al propio Gobierno de ser responsable de las filtraciones, lo que ha generado aún más controversia en la Casa Rosada. La situación actual refleja la complejidad de las negociaciones y la necesidad de mantener la confidencialidad en el proceso de reforma.