«El abandono abrupto de la audiencia constituye una conducta susceptible de una sanción». Lo dijo el juez Marco Lúpica Cristo el día que el fiscal jefe Pablo Vignaroli se fue a los gritos de la sala , enojado por una decisión del magistrado. Le dio 48 horas para que presente un descargo y pidió que la Oficina Judicial informe si registra antecedentes disciplinarios.

De acuerdo con lo que pudo reconstruir diario RÍO NEGRO , Vignaroli no presentó el descargo y Lúpica Cristo no le aplicó ninguna sanción.

El fiscal jefe dijo a este medio que no respondió porque nunca lo notificaron , pero el juez aseguró por escrito que se notificó el 14 de noviembre , y al 19 no había respondido.

Discrepancia y enojo

La discrepancia se produjo porque el magistrado entendió que no correspondía dar

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