El "silencio, cerdita" proferido por el presidente Donald Trump a una periodista la pasada semana se ha convertido en la última muestra de la relación cada vez más corrosiva entre el mandatario y la prensa desde su regreso al poder, con mujeres periodistas en el centro de la diana.

El insulto, que lanzó Trump a una corresponsal de Bloomberg a bordo del Air Force One tras una pregunta sobre el pederasta Jeffrey Epstein, simboliza el progresivo deterioro de una dinámica marcada tanto por los ataques personales a periodistas como por presiones abiertas a grandes conglomerados de comunicación.

Lista interminable de antecedentes

No es la primera vez que el presidente arremete directamente contra periodistas por no gustarle las preguntas que le formulan , ataques que nor

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