Argentina no firmó la declaración final del G20, celebrada en Sudáfrica, debido a un "quiebre de las reglas de consenso" y diferencias geopolíticas. Este anuncio fue confirmado por el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado oficial. La Cancillería expresó que la decisión se tomó tras varios días de negociaciones, lamentando que se considerara aprobada una declaración sin el consenso de todos los miembros del foro, incluida Argentina.

El Gobierno argentino subrayó que es esencial preservar la regla del consenso, que consideran fundamental para la legitimidad de las decisiones adoptadas en el G20. En el comunicado, se destacó que el procedimiento seguido en la cumbre "omite una norma central del G20", cuyo mandato principal es la coordinación global de políticas para la estabilidad financiera y el crecimiento económico.

Además, Argentina se mostró crítica con el enfoque del documento final sobre el conflicto en Medio Oriente, argumentando que este tiene una perspectiva parcial y no aborda adecuadamente el contexto regional y las causas estructurales del conflicto. Para el país, estos elementos son indispensables para avanzar hacia un proceso de paz genuino y sostenible.

La postura de Argentina se alinea con la de Estados Unidos, que también rechazó el comunicado final. Javier Milei, presidente argentino, había decidido no asistir a la cumbre y envió al nuevo canciller, Pablo Quirno, en su lugar. La decisión de EE.UU. de no apoyar el consenso se basa en la percepción de que las prioridades de Sudáfrica en el G20 son contrarias a su postura política.

La cumbre del G20, que se celebró en Johannesburgo, adoptó una declaración conjunta que aborda desafíos internacionales urgentes, incluyendo un llamado a la paz mundial y la protección de la cadena de suministro de minerales críticos. Sin embargo, la falta de consenso en la declaración final ha generado tensiones entre los miembros del foro, destacando las diferencias en las consideraciones geopolíticas entre Argentina y otros países participantes.