Si algo ha definido la carrera política de Donald Trump es su asombrosa capacidad para sobrevivir a todo. Algo que demostró, y con creces, hace exactamente un año cuando se impuso en las elecciones presidenciales contra Joe Biden pese a enfrentar dos juicios de destitución previos, cinco procesos criminales y múltiples escándalos.

De ahí el bien ganado apodo que circula entre fanáticos y críticos de ‘Teflón Trump’, porque nada se le pega.

Nada, excepto el fantasma de Jeffrey Epstein, el multimillonario y “examigo” del presidente acusado de abusar sexualmente a decenas de menores de edad y que, aparentemente, se suicidó en prisión en agosto 2019 justo cuando estaba por enfrentar a la justicia.

Esta semana, y desde su tumba, Epstein le propinó al líder republicano su primera gran derrota

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