Todos conocemos a alguien que siempre ve el peor escenario , anticipa fracaso o descarta cualquier idea con un “no va a salir”. Estar cerca de esa energía cansa. No sólo por lo que dice, sino por lo que genera: tensión, cansancio mental y clima bajo. La pregunta práctica no es “¿por qué es así?”, sino “¿cómo me vinculo sin quemarme?”.

Lo primero es entender que la negatividad suele ser una estrategia de protección . Si espero lo peor, no me decepciono. Si señalo los riesgos primero, nadie puede decir que no advertí. Esto no siempre es maldad ni manipulación; muchas veces es miedo con mala forma.

El problema aparece cuando ese enfoque se vuelve automático y contagioso. Ahí conviene intervenir para cuidar límites propios . Según el sitio Phycology Today , poner límites no es agre

See Full Page