La situación del presidente venezolano Nicolás Maduro se torna cada vez más incierta. Con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura, la CIA ha intensificado sus operaciones en Caracas, mientras que fuerzas estadounidenses se despliegan en el Caribe. Analistas y políticos de América Latina debaten sobre el futuro del mandatario. Algunos, como los neoconservadores Bret Stephens y Elliott Abrams, han abogado por la destitución directa de Maduro, comparando la situación con derrocamientos históricos como los de Saddam Hussein y Manuel Noriega. Otros, como la canciller de Colombia, Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, sugieren que una salida negociada sería la opción más saludable. Villavicencio afirmó que “podría haber una transición donde él pueda irse sin que tenga que pasar por la cárcel”. Sin embargo, el gobierno colombiano aclaró que su comentario no implica un respaldo a la salida de Maduro. Maduro ha enfrentado un año complicado, tras asumir la presidencia en 2013. Su autoproclamada victoria en las elecciones de 2024 fue impugnada y no reconocida por la comunidad internacional. Estados Unidos lo considera un criminal, acusándolo de liderar el “Cartel de los Soles”, un grupo que muchos expertos consideran inexistente. Recientemente, la administración Trump designó a este cartel como grupo terrorista, lo que podría facilitar acciones militares en Venezuela. La situación se complica aún más para Maduro con la reciente obtención del Premio Nobel de la Paz por la líder opositora María Corina Machado, quien ha advertido que su tiempo en el poder está llegando a su fin. Expertos consultados coinciden en que tanto Maduro como su gobierno no están dispuestos a entregar el poder voluntariamente. Elías Ferrer, consultor de riesgos, destacó que dejar el poder sin garantías podría llevar a la prisión o extradición. “Estados Unidos es uno de los pocos países que pueden perseguirte hasta el fin del mundo”, afirmó. La vicepresidenta Delcy Rodríguez, en un acto cultural, aseguró que Venezuela “no se rendirá” y que el país vive tiempos de “definición histórica”. David Smilde, profesor en la Universidad de Tulane, advirtió que muchos subestiman el compromiso de Maduro con el chavismo. “Están preocupados por su seguridad y riqueza, pero también se consideran revolucionarios”, dijo. Para que Maduro acepte una transición, tendría que haber un camino viable para el chavismo, según Smilde. Brian Fonseca, profesor en la Universidad Internacional de Florida, sugirió que el exilio en Rusia podría ser una salida para Maduro, pero solo bajo presión de su círculo cercano. Sin embargo, Ferrer no cree que Maduro acepte el exilio, ya que busca mantener su estatus como parte de la élite económica. Smilde advirtió que la salida de Maduro no significaría el fin del régimen. “Si solo quitas a Maduro, la estructura sigue allí”, señaló. Recordó que tras la muerte de Hugo Chávez en 2013, muchos pensaron que su proyecto había terminado, pero la situación no cambió. La incertidumbre sobre el futuro de Maduro y su gobierno continúa, mientras la comunidad internacional observa de cerca los acontecimientos en Venezuela.
¿Qué futuro le espera a Nicolás Maduro?
Noticias de América2 hrs ago
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