El Gobierno de Trump ha ampliado su autoridad para actuar en Venezuela tras designar al presidente Nicolás Maduro y a sus aliados como miembros de una organización terrorista extranjera. Esta designación, que se refiere al denominado "Cartel de los Soles", permitirá al presidente Donald Trump imponer nuevas sanciones contra los activos y la infraestructura de Maduro. Sin embargo, expertos legales aclaran que no autoriza el uso de fuerza letal de manera explícita.

La designación, anunciada el 16 de noviembre, se produce en un contexto de creciente tensión, ya que las fuerzas armadas estadounidenses han desplegado más de una docena de buques de guerra y 15.000 soldados en la región, en lo que el Pentágono ha denominado "Operación Lanza del Sur". Esta operación ha resultado en ataques que han causado la muerte de decenas de personas en la lucha contra el narcotráfico.

Funcionarios del Gobierno han argumentado que la designación brindará a Estados Unidos más opciones militares para actuar dentro de Venezuela. El término "Cartel de los Soles" describe una red de grupos dentro de las fuerzas armadas venezolanas vinculados al narcotráfico, aunque Maduro ha negado cualquier implicación personal y su Gobierno ha desestimado la existencia del cártel.

A pesar de la escalada militar, existe una notable oposición pública a la intervención estadounidense. Una encuesta reciente de CBS News/YouGov indica que el 70 % de los estadounidenses se opone a acciones militares en Venezuela, mientras que solo el 30 % está a favor. Además, el 76 % de los encuestados considera que la administración Trump no ha explicado claramente su postura sobre la acción militar.

Oficialmente, la administración Trump sostiene que su objetivo es reducir el flujo ilegal de migrantes y drogas, aunque un cambio de régimen podría ser un efecto secundario de estos esfuerzos. Trump ha manifestado cierta disposición hacia una solución diplomática, sugiriendo que Maduro "le gustaría hablar" y que estaría dispuesto a dialogar "en un momento determinado".

En medio de estos acontecimientos, la Casa Blanca no ha respondido a solicitudes de comentarios sobre la posibilidad de una conversación entre Trump y Maduro. La tensión se ha intensificado con el mayor despliegue militar estadounidense cerca de Venezuela, que incluyó al menos seis aviones, entre ellos un caza F/A-18E y un bombardero B-52.

Además, durante el fin de semana, tres aerolíneas internacionales cancelaron vuelos desde Venezuela tras advertencias de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. sobre una "situación potencialmente peligrosa" al sobrevolar el país. La situación en la región sigue siendo crítica y se espera que las acciones de EE.UU. continúen generando repercusiones significativas.