Amenazas como la de Estados Unidos de atacar a los cárteles en territorio de otro país, México incluido, o la del presidente peruano de ingresar a la embajada mexicana para detener a la exprimera ministra refugiada allí representan duros golpes contra la diplomacia y no abonan a las buenas relaciones entre países, en momentos de creciente polarización regional y mundial.

Las decisiones que están tomando diversos gobiernos se alejan cada vez más del derecho internacional, empañadas por la politización de las relaciones, por un estilo de gobernar bajo el cual se apoya a aquellas naciones con la misma ideología, sin importar lo que hagan y, en cambio, se castiga a las que tienen una ideología distinta, sin importar si ello erosiona los fundamentos de la diplomacia, de la democracia. Los caso

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