Caracas.- Este martes, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, conmemoró el bicentenario de la entrega de la Espada del Perú al Libertador Simón Bolívar. Este reconocimiento se realizó en honor a las victorias de Bolívar en las batallas de Junín y Ayacucho, que fueron cruciales para la independencia de Perú y el fin del dominio español en Sudamérica.

Padrino López destacó que el 25 de noviembre de 1825, el intendente del Perú, Don Cayetano Freyre, en representación de la municipalidad de Lima, encargó al orfebre indígena Chungapoma la creación de esta espada. Esta obra maestra de orfebrería simboliza “la gloriosa inmortalidad de las luchas emancipadoras en este continente”.

El ministro subrayó que, aunque la espada nunca fue desenvainada en combate, se ha convertido en un ícono del antiimperialismo y el anticolonialismo que caracterizó las campañas de Bolívar en América del Sur. Padrino López afirmó que esta reliquia es un símbolo de la grandeza, dignidad y lealtad de los héroes de la patria.

Además, el ministro mencionó que la tradición de entregar réplicas de la Espada del Perú a generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) es una expresión de la confianza que la nación deposita en sus mejores soldados.

En el contexto de las actuales tensiones internacionales, Padrino López enfatizó que “resurge en el alma nacional toda la vorágine contrahegemónica, autóctona y soberana que palpita en esta arma emblemática”. La espada se erige como un estandarte de combate, justicia y autodeterminación.

Finalmente, el ministro concluyó que la Revolución Bolivariana ha devuelto a la espada su brillo y poder, convirtiéndola en el azimut que guiará a Venezuela hacia futuras victorias en la lucha por la independencia. La Espada del Perú, actualmente custodiada en el Panteón Nacional, sigue siendo un símbolo del ideario bolivariano y del compromiso antiimperialista del pueblo venezolano y de la FANB.