En medio de la necesidad y el miedo al fracaso, Guillermo Suárez y su familia dieron vida a El Hornito Santiagueño; empezaron su negocio de empanadas con pocos recursos pero con el objetivo claro de salir adelante. Guiados por la receta de su abuela, comercializan en la actualidad entre 900.000 y 1 millón de empanadas cada mes.

Sin estudios formales ni grandes capitales, pero con trabajo incansable y creatividad, lograron transformar un pequeño emprendimiento para sobrevivir en una empresa que llega a distintos puntos del país y continúa expandiéndose.

La historia de El Hornito Santiagueño se remonta a una etapa difícil en la vida de Suárez. “Todo lo que yo hice en mi vida fue a través de la necesidad y el miedo al fracaso”, sostuvo el empresario en diálogo con La Fábrica Podcast. Y co

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