EE UU se reserva el grueso de los dividendos de la reconstrucción y la UE desplazará recursos y crecimiento a los países del este

Tras casi cuatro años de guerra con altísimo coste en vidas humanas, la paz en Ucrania no tiene precio. Seguramente es un aserto al que nadie encuentra tacha moral alguna. Pero eso no excluye que haya que reconstruir la economía devastada del país invadido y de sus moradores, incluso la debilitada del país agresor, y que no tenga un coste que deba ser cuantificado, porque alguien tendrá que abonarlo y alguien, que ejecutarlo con una suculenta prima del negocio. Tal como se plantea ahora, a la espera de revisiones en el forcejeo final, Rusia será el gran beneficiado militar y político, pero los dividendos de la paz se los embolsará EE UU, así como los países de

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