El ASVEL Villeurbanne , equipo francés propiedad de Tony Parker , se ha convertido en uno de los casos más notorios de bajo rendimiento en la Euroliga , consolidándose como el peor clasificado de la competición desde su regreso en 2019. El club se enfrenta esta semana al FC Barcelona ( miércoles, 20:30, Movistar+ Deportes ) en un nuevo episodio de una trayectoria europea marcada por los fracasos.

Una trayectoria sin playoff ni balances positivos

Desde su incorporación al formato moderno de la Euroliga , el ASVEL ha disputado seis temporadas completas sin clasificarse ni una sola vez para los playoffs . Su mejor marca histórica ha sido un 13-21 , alcanzada en las campañas 2020-21 y 2024-25 , con un porcentaje de victorias del 31,8% (61 triunfos en 192 partidos hasta la fecha).

La actual temporada 2025-26 no mejora el panorama: marchan con un preocupante 3-9 que vuelve a ubicarlos en los puestos de cola.

Un paso atrás: del proyecto Euroliga al plan NBA Europa

Según informa el medio francés Le Progrès , el ASVEL Lyon-Villeurbanne planea abandonar la Euroliga al finalizar la presente temporada. La razón de este giro sería su intención de integrarse en la Champions FIBA como paso previo a su inclusión en la futura NBA Europa , cuyo inicio está previsto para 2027 .

Este movimiento refleja un cambio de estrategia radical y supone una ruptura con el proyecto Euroliga al que se unieron en 2019 tras la expansión a 18 equipos. La decisión recuerda al caso del Alba Berlín , otro club históricamente rezagado, que también abandonó la Euroliga recientemente con un balance aún peor (54-138, 28,1%).

Un rival cómodo para el Barça

Este miércoles, el Barça de Roger Grimau se enfrenta a un ASVEL sin alma competitiva , lo que debería representar una victoria asequible para el equipo blaugrana. No obstante, el técnico catalán no se fía de un equipo que, aunque desahuciado, no tiene nada que perder y puede convertirse en un rival incómodo si no se le toma en serio.

La Euroliga: máxima exigencia, mínimo margen de error

La Euroliga sigue siendo una de las ligas más exigentes del baloncesto mundial. La prueba está en que, desde 2000, solo dos equipos — Olympiacos (2012 y 2013) y Anadolu Efes (2021 y 2022)— han conseguido repetir título. Para equipos con presupuestos más modestos como el ASVEL, competir al nivel de Real Madrid , Barça , Fenerbahçe o Panathinaikos es un reto mayúsculo.

Pero más allá del presupuesto, lo del club francés parece ser un caso de gestión fallida, planificación deportiva débil y una desconexión total con el nivel de exigencia de la competición. Sin playoff, sin balance positivo, sin evolución: el ASVEL representa la antítesis del éxito europeo .