Alejandro Casar González

La AFA quería castigar y lo hizo. Sólo que el clima enrarecido que ella misma propició en el fútbol argentino le impidió acelerar a fondo. El ya célebre “espaldazo” de Estudiantes de La Plata ideado por su presidente, Juan Sebastián Verón, y concretado por sus futbolistas en Rosario, podía haberse saldado con una multa económica. El Tribunal de disciplina fue por más y castigó a los jugadores con dos fechas -a cumplir en 2026, y sólo si permanecen en el club pincharrata- y al presidente, además de imponer una multa económica de $120 millones.

Una primera lectura podría pensar que es una medida exagerada para un protocolo que se publicó en la página de la AFA minutos después de que Pablo Dóvalo, el árbitro del partido en Arroyito, marcó el final. Sin embargo, un a

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