La actriz Elisa Mouliaá ha solicitado la apertura de un juicio oral contra el exdiputado Íñigo Errejón, pidiendo que sea condenado a tres años de prisión por un presunto delito continuado de abuso sexual. En su escrito de acusación, Mouliaá también exige una indemnización de 30.000 euros por daños morales y las consecuencias que, según ella, le han causado los hechos denunciados.

El abogado de Mouliaá, Alfredo Arrién, ha presentado un documento de doce páginas en el que se detalla que los presuntos abusos ocurrieron en octubre de 2021. La acusación sostiene que existen indicios suficientes para considerar que los episodios denunciados son constitutivos de un delito continuado contra la libertad sexual. Además, se ha solicitado la apertura de una pieza separada de responsabilidad civil y el requerimiento de una fianza al acusado.

El juez Adolfo Carretero, encargado del caso, ha señalado que "los indicios existen y no han sido totalmente desvirtuados por la versión del investigado". En su auto, el juez también destacó que Mouliaá no tenía motivos espurios para presentar la denuncia, ya que su declaración es coherente en lo esencial.

Mouliaá relata que conoció a Errejón a través de redes sociales y que el 8 de octubre de 2021, tras asistir a la presentación de un libro del exdiputado, se produjeron tres episodios de índole sexual. Según su versión, en un trayecto en taxi, Errejón le impuso tres reglas, una de las cuales consistía en que le diera un beso. En el ascensor, el acusado la agarró sin su consentimiento y comenzó a besarla.

El segundo episodio ocurrió en la fiesta, donde, según Mouliaá, Errejón la llevó a una habitación y la tocó sin su consentimiento. El tercer episodio se produjo en el camino a casa del acusado, donde, a pesar de que ella expresó su incomodidad, Errejón volvió a tocarla sin su consentimiento. Mouliaá ha indicado que, como resultado de estos episodios, ha sufrido estrés postraumático y ha requerido tratamiento psicológico.

Por su parte, Errejón ha negado los hechos y ha recurrido su procesamiento, argumentando que no existen "mínimos indicios" de culpabilidad. Su defensa sostiene que las diligencias realizadas durante la investigación descartan la existencia de indicios de criminalidad y afirman que el relato de Mouliaá es inventado. Errejón ha criticado que el juez crea en la denunciante y no en los testigos que lo respaldan, sugiriendo que la denuncia busca notoriedad y beneficios económicos para Mouliaá.

El caso sigue en desarrollo, con la defensa de Errejón esperando la resolución de su recurso de apelación contra el auto de procesamiento dictado por el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid.