La idea de la “ciudad de 15 minutos” propone que cualquier persona pueda acceder a servicios esenciales —trabajo, educación, salud, ocio y compras— a no más de quince minutos caminando o en bicicleta. Aunque nació en Europa, el concepto está tomando fuerza en América Latina, donde los problemas de movilidad afectan la calidad de vida y la productividad.

La región tiene un reto distinto: su urbanización desordenada. Barrios informales, transporte insuficiente y desigualdad espacial hacen difícil la implementación directa del modelo europeo. Sin embargo, varias ciudades están encontrando su propia versión. Bogotá, Medellín, Montevideo y Ciudad de México han comenzado a reorganizar zonas específicas para que sean autosuficientes.

El cambio no solo es de infraestructura, sino de mentalidad.

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