Jair Bolsonaro fue el incendiario presidente de derecha de Brasil que idolatraba a Donald Trump y buscaba construir una dinastía política en la mayor democracia de América Latina.

Pero ahora, con 70 años, encarcelado por planear un golpe y con sus hijos políticos golpeados por errores autoinfligidos, su movimiento bolsonarista atraviesa una crisis profunda.

La estrategia del clan de buscar ayuda en Washington salió espectacularmente mal: cuando Bolsonaro enfrentó un juicio en Brasil, su hijo legislador Eduardo hizo lobby a su favor en Estados Unidos, lo que derivó en aranceles comerciales que enfurecieron a la clase empresarial del país y dejaron a Eduardo expuesto a cargos en su tierra natal. La campaña fracasó en evitar la prisión de su padre.

Ahora, mientras los conservadores del paí

See Full Page