El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, enfrenta un creciente aislamiento en la región tras perder a dos aliados en las elecciones del fin de semana. Mientras Estados Unidos intensifica su despliegue militar en el Caribe, la situación de Maduro se torna cada vez más incierta. En Honduras, los candidatos de derecha Nasry Asfura y Salvador Nasralla lideran el conteo provisional, dejando a la candidata de izquierda Rixi Moncada en un distante tercer lugar. Ambos candidatos han manifestado su intención de romper relaciones con Venezuela si resultan ganadores.
La tendencia hacia la derecha en América Latina se ha acentuado, con líderes como Javier Milei en Argentina, Daniel Noboa en Ecuador, Nayib Bukele en El Salvador y Rodrigo Paz en Bolivia, todos distanciándose del Socialismo del Siglo XXI, ideología promovida por el fallecido Hugo Chávez. En San Vicente y las Granadinas, el centroderechista Godwin Friday ha reemplazado al laborista Ralph Gonsalves, conocido por su apoyo a Maduro.
A pesar de que algunos países de la región aún tienen presidentes de izquierda, como Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia, han establecido límites en sus relaciones con el gobierno de Maduro. La legitimidad de las elecciones de 2024 en Venezuela, que Maduro afirma haber ganado, ha sido cuestionada internacionalmente. Washington, por su parte, sostiene que su operación militar en la región está dirigida contra el narcotráfico, acusando al gobierno venezolano de estar vinculado con cárteles de drogas, algo que Caracas rechaza.
La relación entre Venezuela y Colombia ha sido históricamente tensa. Gustavo Petro, presidente colombiano, ha distanciado su gobierno de Maduro, aunque ha defendido que no hay vínculos entre el presidente venezolano y el narcotráfico. Sin embargo, ha señalado que la falta de democracia y diálogo en Venezuela es un problema significativo.
En Argentina, las relaciones diplomáticas con Venezuela se han deteriorado desde la llegada de Mauricio Macri al poder en 2015, y se han visto aún más afectadas por la elección de Milei. En Brasil, aunque Lula ha regresado al poder, la relación con Caracas no se ha restablecido completamente. Ecuador y Bolivia también han visto cambios en sus liderazgos, alejándose de la ideología chavista.
En este contexto, Venezuela se encuentra con solo dos aliados en la región: Cuba y Nicaragua. Cuba, que ha sido un aliado histórico, ha expresado su apoyo total a Maduro, aunque su canciller evitó comprometerse a una respuesta militar ante un posible ataque estadounidense. Nicaragua, bajo el liderazgo de Daniel Ortega, también ha mantenido su apoyo, aunque Ortega ha enfrentado críticas por violaciones de derechos humanos en su país.
La situación en el Caribe es volátil, y el futuro de Maduro en la política regional es incierto. La creciente presión de Estados Unidos y el cambio de rumbo en varios países latinoamericanos han dejado a Venezuela en una posición vulnerable, con sus aliados cada vez más limitados y preocupados por sus propios desafíos internos.

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