“Yo he trabajado para Paco Salazar en Moncloa y lo que se dice es verdad”. Así empieza una de las denuncias presentadas formalmente en el canal interno del Partido Socialista el pasado mes de julio, días después de que elDiario.es publicara el testimonio de otras mujeres que habían trabajado a las órdenes del exasesor de Pedro Sánchez y que describían comportamientos “de acoso sexual” a sus subordinadas en el partido y en el Gobierno.
En el escrito, al que ha tenido acceso este periódico y que fue trasladado al PSOE para desaparecer del canal interno cinco meses después, la mujer denunciante describe un ambiente de trabajo “irrespirable” y pide ayuda a su organización porque confiesa tener miedo. Ni siquiera llegaron a contestarle nunca desde Ferraz, donde pretendieron dar carpetazo al proceso con la repentina baja de militancia de Salazar.
“Su comportamiento destilaba misoginia y baboseo en cada comentario disfrazado de broma que hacía. Su lenguaje era hipersexualizado hasta para dar los buenos días. Salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara (porque tú estabas sentada y él de pie)”, reporta en su escrito la militante del PSOE que trabajó a las órdenes de Salazar hasta que él dimitió en verano por los testimonios públicos de otras mujeres que destapó elDiario.es.
La trabajadora de Moncloa registró su denuncia el 28 de julio y cuenta que decidió hacerlo a pesar del “pánico” a ser descubierta y que la llevó a desplazarse hasta otra provincia fuera de Madrid, donde reside, y usar un ordenador ajeno para que su comunicación no dejara rastro. En su escrito describe el día a día como empleada a las órdenes de Salazar.
“Escenificó un día en medio del despacho una felación con todo lujo de detalles sin venir a cuento. En privado, sobrepasaba otras líneas. No entro en detalles por este medio de denuncia porque no me transmite la seguridad de que esto no vaya a tener consecuencias. Y, en resumidas cuentas, porque sigo teniendo miedo”. La denunciante, de hecho, retrata a Francisco Salazar como un hombre que hacía ostentación del enorme poder que le otorgaba ser una de las personas de más confianza del presidente del Gobierno. Y como alguien que no tenía reparos en hacer descarrilar las carreras profesionales de las mujeres que intentaban protegerse de sus actitudes.
“Él sabía cuándo te incomodaba y lo disfrutaba manifiestamente. Cuando le llevabas un trabajo para que lo viera, decía que ahora es cuando él le ponía 'una mijita de su polla'. Disfrutaba al ver la risa falsa que le poníamos a sus chistes degradantes, vernos la cara de susto cuando nos llamaba a su despacho, ver cómo nos movíamos torpes por la sala intentando contestar evasivamente con alguna gracia a sus preguntas para no sufrir las consecuencias. Porque sí, si le ponías límites, pagabas las consecuencias. De repente, no tenías nada que hacer porque te sacaba de los proyectos. O llamaba a reuniones a todo el equipo y tú te quedabas fuera. O te gritaba sin ningún motivo delante de todo el mundo diciendo que habías hecho o dicho algo mal”.
“Enséñame el escote que llevas hoy”
Esta denunciante que registró su escrito el 28 de julio tiene un perfil idéntico al de la práctica totalidad de miembros del equipo que conformó Paco Salazar en la Moncloa. Es decir, un expediente académico brillante, un par de carreras universitarias y postgrados de especialización, además de un claro compromiso ideológico con el proyecto progresista del Gobierno. Y dos rasgos más: todas eran mujeres y muy jóvenes.
Si te veía mala cara, te preguntaba en mitad de la oficina que si habías dormido poco por haber mantenido relaciones sexuales. Y nos sometía a situaciones humillantes que para muchas de nosotras fueron traumáticas. Él decía que eran bromas, pero jamás oí que le dijera cosas similares a los hombres
Una de las denunciantes
Idéntico perfil es el de otra joven que decidió interponer su denuncia en el PSOE aún antes que la anterior, en concreto, el pasado 8 de julio. “Todas teníamos dos carreras, un currículum excepcional y estábamos llamativamente formadas para nuestra edad. Y ese trabajo era nuestro sueño”, explica en conversación con elDiario.es. Esta denunciante reportó al partido “comportamientos explícitos, bromas humillantes y comentarios sobre la vida sexual, la vestimenta o el aspecto físico”. Su escrito también desapareció del canal antiacoso del Partido Socialista tras cinco meses sin respuesta hasta que este lunes el PSOE, tras la información de este periódico, decidió reactivarla para que volviera a aparecer en el sistema informático.
“Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote. Si te veía mala cara, te preguntaba en mitad de la oficina si habías dormido poco por haber mantenido relaciones sexuales. Y nos sometía a situaciones humillantes que para muchas de nosotras fueron traumáticas. Si te agachabas a coger algo del suelo, te decía que te agacharas otra vez para demostrar lo flexible que eras. Y a veces, cuando llegaba con algún alto cargo de fuera de nuestro departamento, nos pedía hasta que nos levantáramos de la silla para exhibirnos delante de él. Él decía que eran bromas, pero jamás oí que le dijera cosas similares a los hombres que trabajaban en el equipo”, narra la joven en conversación con este periódico.
Lo que sí recibían los hombres del departamento, según esta trabajadora de Moncloa, eran advertencias explícitas sobre posibles relaciones con sus compañeras. “Eran desincentivados de acercarse a las chicas de Paco . Porque no se cortaba en exteriorizarlo: a Paco le gustan 'las niñas' y eso es algo que sabía absolutamente todo el mundo en Presidencia del Gobierno”, describió en la denuncia que envió al partido. En conversación con elDiario.es, lo explica como una forma más de demostrar “su sentimiento de propiedad” hacia ellas.
Denuncias volatilizadas
La primera denunciante que acudió al canal interno del PSOE tras el testimonio público de otras compañeras en el mes de julio admite que le costó dar el paso. “No fue fácil poner la denuncia porque no sentíamos garantías. Y sigo sin sentirlas. Hice lo que me pidió el PSOE, denunciar por los canales internos que en ese momento, y no antes, nos pusieron a disposición. Y después compruebo que la borran del sistema. ¿Este es el partido y el Gobierno que nos va a proteger?”.
Su compañera, que denunció semanas más tarde, llega incluso a exponer en su escrito de finales del mes de julio los motivos que tenía para sentir miedo. “Me toca ver a un grupo de ministros y ministras, además de otras a personalidades del partido defendiendo a medias a este señor, usando el argumento de que ninguna mujer había denunciado previamente. Claro, ninguna habíamos denunciado a este señor (os recuerdo que tenía que ser con nombre y apellido) porque presumía de hacer siempre lo que quería, de tener la absoluta bendición del presidente y de ganar siempre, 'por lo civil o por lo criminal'. Y por eso, ese argumento, el de que no habíamos denunciado, me duele tanto como si me dijeran que es que llevábamos la falda muy corta”.
Tras negar incluso la existencia de las denuncias en un primer momento, en el PSOE admitieron a elDiario.es que ninguna de las dos se ha tramitado ni instruido en estos cinco meses “por falta de diligencia” y que, por tanto, a ninguna de las dos mujeres se le ha ofrecido ni apoyo ni respuesta alguna. Solo ahora, cuando este periódico se ha puesto en contacto con los responsables de Ferraz, han anunciado que se pondrán en contacto con las afectadas y que todo ha sido fruto de un error informático, al que llaman “ofuscación” del sistema, y que solventaron este mismo lunes después de la publicación. Sea por lo que fuera, no se ha cumplido en todo este tiempo con el derecho de las mujeres a estar informadas durante el procedimiento.
Las dos denuncias interpuestas formalmente en el canal interno del PSOE corresponden a casos diferentes de los que denunciaron en julio a través de este periódico otras mujeres que estuvieron a las órdenes de Salazar, que también ostentó el cargo de presidente del Hipódromo de la Zarzuela. El 5 de julio, elDiario.es publicó el testimonio de una trabajadora de Moncloa que detallaba comentarios obscenos sobre la vestimenta y el cuerpo, mensajes intempestivos con invitaciones para cenar a solas fuera del horario laboral o incluso ofrecimientos de quedarse a dormir en casa. En esa misma información se detallaba el caso de otra joven voluntaria del PSOE que era familiar de un veterano dirigente socialista y que sufrió actitudes “babosas” durante las primarias de 2017.
Una de las mujeres que ha denunciado apunta: “Mucha gente me pregunta que por qué no me voy del partido. No, perdona. Es que mis valores son los de este partido y quien actúa contra esos valores es él”. Su compañera en Moncloa, que denunció semanas más tarde, concluye en el escrito que remitió al PSOE: “No pido nada. Solo que el que siempre creí mi partido esté a la altura de una situación en la que nunca debió verse envuelto. Y que esa persona y los que le orbitan no vuelvan a estar nunca más en posición de humillar a más mujeres. No sé quién hay detrás de las primeras denuncias que lograron poner el cascabel al gato, pero les estaré siempre profundamente agradecida”.
Que Salazar mantenga, como ha podido constatar este periódico, una asesoría externa con el president de la Generalitat, Salvador Illa, en su calidad de primer secretario del PSC, es algo “inconcebible” e “impropio” entre las mujeres socialistas consultadas para la elaboración de esta información, quienes rechazan “cualquier intento de blanquear o banalizar este tipo de comportamientos”, como han pretendido desde Ferraz. ¿Quién o quiénes? Está por descubrir. Porque la Comisión que debía investigar los expedientes decía no tener constancia, aunque consta en el sistema informático que recibieron los escritos en sus buzones de forma automática. La secretaria de Organización, RebecaTorró, tampoco tenía conocimiento de la desaparición de las denuncias internas cuando elDiario.es contactó con ella. Dos horas después, tras recabar los datos de los servicios informáticos y jurídicos, ofreció una estrambótica explicación técnica que este lunes negó cuando desde Moncloa le pidieron detalles. Como todo, al final, se sabrá.

ElDiario.es
ALERTA El Diario de Cantabria
Ultima Hora
La Tribuna de Cuenca
La Crónica de Badajoz
Joplin Globe Sports
The Daily Beast
AlterNet