Narendra Modi abrazó a Vladímir Putin en la pista de aterrizaje y se lo llevó en su vehículo a su residencia para una cena privada. El recibimiento en Delhi ya supuso una victoria para un dirigente que disfruta desmintiendo ese aislamiento que pregona Occidente. No lo está en Asia ni en el Sur Global , el futuro económico del mundo, donde Moscú recupera posiciones de la Unión Soviética.

La visita del presidente ruso, la primera desde que estalló la guerra en Ucrania , coloca a la India ante un sudoku. Llega cuando Donald Trump presiona a Moscú para que firme el alto el fuego y estrangula la financiación de su maquinaria bélica. Y en esa estrategia es clave la India , pertinaz compradora de petróleo ruso , y castigada por ello con unos criminales aranceles por Wa

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