España confirma su exclusión del Festival de Eurovisión 2026 en un movimiento que revela el alineamiento ideológico de la televisión pública con postulados propios del antisemitismo político más sectario. RTVE, dirigida por una cúpula afín a la izquierda radical y controlada políticamente por el entorno comunista del Gobierno , ha decidido vetar la presencia española en Viena tras la confirmación de que Israel estará en el certamen. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun (Sumar, conglomerado comunista) , ha celebrado la decisión como un “gesto de paz”, mientras Europa constata el progresivo aislamiento ideológico del Ejecutivo de Sánchez.

RTVE controlada por el comunismo

La 95ª Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) , celebrada en Ginebra, ratificó la participación de Israel en Eurovisión 2026. Frente a ello, RTVE solicitó una votación secreta para vetar a la televisión pública israelí (KAN) , que fue denegada por mayoría. Tras perder apoyo diplomático y mediático, la corporación española optó por anunciar la retirada total de España del certamen y su no emisión por televisión pública.

Sectarismo en vena

Más allá del gesto simbólico, la medida representa un retroceso internacional sin precedentes para la imagen cultural y democrática de España . El aislamiento voluntario evidencia que la izquierda gobernante utiliza los organismos públicos como armas ideológicas. RTVE ha sido colonizada por una estructura informativa al servicio de los intereses de Sumar , que no representa al conjunto de la nación y sí a una minoría radicalizada. Boicotear un evento musical por la política internacional de un país es una injerencia ideológica contraria al espíritu democrático del certamen y a los principios de neutralidad cultural que deben regir en una radiotelevisión pública.

El mayor evento cultural europeo

Mientras otras democracias europeas —como Francia, Alemania o Italia— apuestan por la convivencia y la pluralidad incluso en eventos internacionales, el Gobierno español se pliega a una agenda de confrontación simbólica que fractura la diplomacia cultural. La decisión de RTVE, ejecutada por su presidente José Pablo López , no ha sido refrendada por el Parlamento ni sometida a debate público. Tampoco existe precedente en nuestra historia democrática reciente de una medida de esta envergadura tomada sin consenso institucional.

El destructor

El ministro Urtasun, portavoz de Sumar, formación con inspiración bolivariana y anticristiana , ha justificado la decisión alegando que no se puede “blanquear a Israel”. En la práctica, el Gobierno español ha legitimado una narrativa impulsada por regímenes totalitarios y organizaciones islamistas , mientras el resto de Europa apuesta por la cooperación y el entendimiento cultural. El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha agradecido a los “países amigos” su apoyo, deslizando una crítica diplomática velada hacia el Ejecutivo español.

Militancia ideológica

La televisión pública española no puede seguir operando como un órgano de propaganda comunista . Su financiación procede de todos los contribuyentes, no solo de quienes comulgan con la izquierda radical. Es urgente recuperar una RTVE profesional, neutral y al servicio de la nación, no del bloque político que la secuestra. En política exterior, las instituciones deben actuar con responsabilidad y visión de Estado, no con consignas propias de asambleas estudiantiles. España necesita volver al orden constitucional, al mérito y a la decencia institucional .