La Unión Europea no puede aceptar la "amenaza de injerencia" en su vida política, ha declarado este lunes el presidente del Consejo Europeo, António Costa, reaccionando al nuevo enfoque de la estrategia de seguridad nacional de Washington.

"Lo que no podemos aceptar es esta amenaza de injerencia en la vida política de Europa ", aseveró Costa durante un  discurso en el Instituto Jacques Delors. " Estados Unidos no puede reemplazar a los ciudadanos europeos a la hora de elegir qué partidos son buenos y cuáles son malos", sentenció.

"Tenemos diferencias en nuestra visión del mundo, pero esto va más allá ", subrayó, instando a que se respete "la soberanía de cada uno". "EE.UU. sigue siendo un aliado importante, EE.UU. sigue siendo un socio económico importante, pero nuestra Europa debe ser soberana ", concluyó.

Europa, perturbada por el cambio de enfoque de EE.UU.

La reciente actualización de la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. ha provocado una fuerte reacción entre diversos funcionarios de la Unión Europea y dejó desconcertados a muchos asistentes al Foro de Doha (Catar) el pasado fin de semana, no solo por su tono, sino por sus duras críticas dirigidas a los aliados europeos de Washington, de quienes afirma que están ante la " desaparición de su civilización ", recoge  Politico .

Un alto funcionario europeo describió los señalamientos de la nueva estrategia de la Casa Blanca en conversación con el medio como " muy perturbadores " y expresó su profundo malestar por el lenguaje utilizado.

Pese al descontento, las posibilidades de una respuesta contundente de parte de Europa parecen limitadas: el citado funcionario reconoció que la influencia política de Trump sigue siendo considerable, lo que reduce el margen de maniobra de los líderes europeos.

"Trump es demasiado poderoso como para que los países europeos puedan hacer mucho más allá de alguna que otra protesta diplomática simbólica ", resume el medio sus palabras, vaticinando que, ante esa realidad, la mayoría de las reacciones se quedarán en el terreno de los gestos diplomáticos, sin un impacto real en la relación con Washington.