Era la segunda vez que acudía a los talks del Hospital de Sant Pau. Siempre con la sensación del por-qué-no-voy-más. Cris Puig y su equipo celebran unos actos que son mejores, en forma y contenido, que el mejor programa de la tele. La primera vez que acudí, las charlas iban sobre las enfermedades raras, y fui porque mi pareja hablaba de su trágica experiencia con su hijo pequeño. Estos días, iban sobre el suicidio. Supongo que durante mis abortos continuados —en uno de ellos sufrí tres legrados en un mes y pico— mis amigos y amigas me verían muy mal, porque estuvieron un par de semanas haciendo turnos para dormir conmigo. Yo nunca he pensado en suicidarme, pero dos embarazos en medio año me dejaron muy KO. Donde reina la hormona, no entiende tanto la neurona. Y confieso que acudí al terc

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