El Gobierno de Estados Unidos está pagando actualmente a más de 150.000 funcionarios para que no regresen a sus puestos de trabajo , como parte de un programa de renuncia en diferido para ahorrar costos que ordenó la Casa Blanca tras la llegada al poder del presidente Donald Trump.
Hasta 154.000 trabajadores se adhirieron al plan propuesto por el Gobierno para retrasar sus despidos hasta el término del actual año fiscal (30 de septiembre) o el 31 de diciembre de 2025, informó este jueves una portavoz de la Oficina de Administración de Personal al medio New York Times.
Esta cantidad, sin embargo, apenas representa poco más del 6 % de los 2,3 millones de funcionarios de la Administración estadounidense.
La Administración había informado el pasado enero de que planeaba ofrecer indemnizaci