TAMPA — En una tarde de domingo a mediados de julio en Tampa, el pastor Claudet Saintil dirigía oraciones en criollo haitiano en la iglesia Bautista Haitiana New Jerusalem. Oraban por el fin de las deportaciones masivas y por una solución humana para los inmigrantes sin estatus legal permanente.
“Es una situación difícil para todos”, dijo. “Así que oramos.”
La lucha por obtener protección legal se ha convertido en una batalla constante, especialmente para los haitianos en Florida, en medio de un agotador ciclo de cambios de políticas. Desde el Estatus de Protección Temporal, una designación otorgada a inmigrantes que no pueden regresar a casa de forma segura, hasta programas humanitarios, cada nueva política ha ofrecido un alivio limitado pero no una solución definitiva. Más de 500,000 h