Las fuerzas israelíes han sido acusadas de utilizar municiones estadounidenses de manera "ilegal e indiscriminada" para atacar refugios escolares en Gaza, lo que ha resultado en la muerte de cientos de personas, según un informe de Human Rights Watch (HRW). Este documento, titulado "Gaza: los ataques a escuelas israelíes magnifican el peligro para los civiles", fue publicado el jueves y detalla la devastación causada por la campaña militar israelí tras los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023.
El informe destaca que la mayoría de los 2,1 millones de habitantes de Gaza se han visto obligados a abandonar sus hogares en busca de seguridad. Israel ha defendido sus ataques, afirmando que están dirigidos a combatientes de Hamas. Sin embargo, HRW encontró solo siete casos en los que se proporcionaron detalles sobre militantes muertos, y subrayó que en dos bombardeos que causaron casi 50 muertes no se halló evidencia de objetivos militares.
HRW sostiene que estos ataques violan el derecho internacional, ya que las escuelas son bienes civiles protegidos. Aunque pierden esta protección si son utilizadas con fines militares, el uso de escuelas para albergar civiles no cambia su estatus legal. La organización instó a Estados Unidos y a otros gobiernos a detener la venta de armas a Israel, advirtiendo sobre el "claro riesgo" de que se utilicen para cometer graves violaciones del derecho internacional humanitario.
Gerry Simpson, director asociado de crisis, conflictos y armas de HRW, afirmó: "Los ataques israelíes contra escuelas que albergan a familias desplazadas ofrecen una ventana a la carnicería generalizada que las fuerzas israelíes han llevado a cabo en Gaza". Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron que sus operaciones son necesarias y cumplen con el derecho internacional, alegando que Hamas utiliza escuelas para actividades militares.
Desde el inicio de la campaña, al menos 836 palestinos han muerto y 2.527 han resultado heridos en ataques a refugios escolares, según HRW, que cita a la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). La organización investigó dos ataques específicos donde se identificó el uso de municiones estadounidenses, revisando imágenes satelitales y testimonios de testigos.
El 27 de julio de 2024, el ejército israelí atacó la escuela de niñas Khadija en Deir Al-Balah, resultando en al menos 15 muertes. Otro ataque el 21 de septiembre en la escuela Al-Zeitoun dejó al menos 34 muertos. Un periodista que presenció uno de estos ataques comentó: "¿Se imaginan un edificio lleno de desplazados destruido en un abrir y cerrar de ojos?".
Las advertencias sobre la situación en Gaza son alarmantes. HRW indica que los bombardeos han hecho que gran parte del enclave sea inhabitable, afectando el acceso a refugios y la educación de una población que antes de la guerra superaba los 2,2 millones, de los cuales la mitad son menores de 18 años. Al menos el 97% de las escuelas en Gaza han sufrido daños, y la ONU ha estimado que la reconstrucción podría extenderse hasta 2040.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que al menos 61.158 palestinos han muerto desde el inicio del conflicto, con 193 fallecimientos por hambre, incluidos 96 niños. Raghad Ezzat Hamouda, una estudiante de 20 años, expresó su desesperación: "La guerra llegó y destruyó todo. Gaza se ha vuelto inhabitable. No hay casas, ni escuelas, ni universidades, ni infraestructuras… Solo cenizas".