En una tarde brumosa de 1819, un joven fusilero cerca de un estrecho puente en Boyacá capturó a un general español—y en ese instante, la desmoronada corona española en Sudamérica dio paso a una república del pueblo que ha perdurado dos siglos y contando.

Donde la geografía se volvió estrategia y el terreno hizo historia

Mucho antes de que los cañones sacudieran las colinas de Boyacá, el camino real que serpenteaba desde el puerto caribeño de Santa Marta hasta Bogotá servía como arteria principal del imperio, transportando soldados, comerciantes e impuestos a través de la columna vertebral de la Nueva Granada. Sus curvas eran familiares para los españoles. Y esa familiaridad fue parte de su perdición.

En su monografía de 2024 para la Universidad de los Andes, la geógrafa militar Diana Pa

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