Desde su independencia, Estados Unidos ha realizado un censo de población cada diez años, coincidiendo con el cambio de década. Esta tradición, consagrada en la Constitución, incluye a todos los residentes del país sin importar su estatus migratorio. Sin embargo, el presidente Donald Trump expresó este jueves su intención de romper con esa norma histórica.
El nuevo plan representa un nuevo frente en la batalla política de Trump. Durante el Censo 2020, su primera administración (2017-2021) intentó sin éxito excluir a los inmigrantes indocumentados del conteo oficial y terminó subcontando a la comunidad latina.
Ahora, su propuesta, calificada de nuevo de “inconstitucional”, parece enmarcarse en una estrategia más amplia para manipular la redistribución de distritos electorales.
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