Daniel Valles.- La iniciativa de la diputada Rosana Díaz , sobre el acecho que una persona pueda ejercer sobre otra, es algo que debe de ser bien recibido y quedar perfectamente bien denotada cada palabra que se use en ella. Esto para evitar que se detenga y no “transite”, una modificación tan necesaria al Código Civil del Estado.

No es un capricho legislativo, ni un guiño a la moda política. El acecho es un problema real, que no se resuelve con discursos ni con un “bloqueo” en redes sociales. Es una conducta que, sin tocar un solo cabello de la víctima, la puede llevar a vivir con miedo, ansiedad y hasta a cambiar su vida entera. De ahí la importancia de que la ley lo reconozca y lo sancione.

La diputada propone que no se tenga que demostrar un cuadro médico de ansiedad o pánico p

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