Los restos óseos hallados en el terreno en el que se creyó que había vivido Gustavo Cerati eran de Diego Fernández Lima, de 16 años. La Justicia intenta esclarecer quién asesinó al joven futbolista y por qué

El 26 de julio de 1984, cerca de las dos de la tarde, el argentino Diego Fernández Lima, de 16 años, se despidió de su madre con una mandarina en la mano. “Voy a lo de un amigo y después al colegio”, le dijo al salir de casa, en el barrio de Belgrano de Buenos Aires, según recuerda su hermano menor, Javier, 41 años después. Nunca más volvieron a verlo. Inquietos por su ausencia y la falta de noticias, los padres comenzaron a buscarlo por todos lados. Preguntaron a vecinos, a profesores y compañeros de la escuela técnica en la que estudiaba y en el club Excursionistas donde jugaba al f

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