
Imagina esto. Vas manejando por una avenida principal y en algún momento sientes un olor a plástico quemado. Lo primero que piensas es que seguro viene del auto de adelante. Pero al mirar con mayor detalle, a través del parabrisas , notas una pequeña columna de humo saliendo de tu automóvil. No hay tráfico, te orillas y apagas el motor. Sales de tu auto y comienza a incendiarse . Todo ocurre en menos de dos minutos.
Historias como esta no son comunes, pero tampoco son raras. Las causas van desde fallos eléctricos , acumulación de combustible en puntos críticos, sobrecalentamiento del motor o incluso errores en reparaciones recientes. Cuando el fuego aparece, la reacción inmediata puede ser la diferencia entre salir ileso o poner la vida en riesgo. La pregunta es: ¿Sabes qué deberías hacer?, aquí te lo contamos.
Saber qué hacer en esos primeros segundos puede salvar vidas. El primer paso es apagar el auto y salir de inmediato . No importa si hay cosas de valor dentro. El auto se reemplaza, tú no. Ya fuera del vehículo, aléjate lo más posible y llama a emergencias. Si hay un extintor y el fuego no ha llegado a la cabina ni al tanque de gasolina , puedes intentar apagarlo, pero solo si sabes cómo hacerlo. Cualquier intento por abrir el cofre sin la preparación adecuada puede empeorar la situación.
Mucha gente comete errores graves por desconocimiento . Abrir el cofre por completo puede alimentar el fuego con oxígeno. Usar agua cuando hay llamas en la zona del motor puede causar una explosión si hay cables expuestos. Tocar las partes metálicas o intentar desconectar la batería con las manos desnudas puede causar quemaduras graves. Incluso tratar de empujar el auto cuando ya hay fuego es peligroso, sobre todo si el incendio se encuentra cerca del sistema de combustible .
Los autos modernos tienen sensores que alertan sobre sobrecalentamientos o fugas, pero no siempre son confiables. Una manguera mal colocada o un cable pelado pueden no generar alertas antes de un siniestro. En esos casos, el olfato humano puede ser más eficaz que cualquier sistema. Si hueles algo raro, actúa. No esperes a ver llamas . Un olor extraño puede ser el primer aviso de que algo no está bien.
El impacto despúes de ver tu auto incendiarse
Después del incendio, lo peor no siempre es perder el auto. Algunas aseguradoras no cubren este tipo de siniestros si el vehículo fue modificado , reparado fuera de agencia o si no se siguieron los mantenimientos recomendados. Además, aunque la carrocería esté intacta, los daños eléctricos y estructurales pueden ser irreparables. Muchos propietarios terminan con vehículos declarados pérdida total, incluso si visualmente parecen rescatables.
Para quien ha pasado por eso, el impacto emocional es real. No solo se pierde un medio de transporte . Se pierde tiempo, tranquilidad, dinero. Algunas personas desarrollan miedo a volver a conducir . Otras empiezan a obsesionarse con revisar cada ruido, cada temperatura, cada detalle. La sensación de que algo puede explotar otra vez no se va tan fácil. Y aunque lo cuenten como anécdota, la marca queda ahí.
No hay forma de prever todos los incendios, pero se puede reducir el riesgo . Revisar conexiones eléctricas. Cambiar mangueras viejas. No confiar en piezas genéricas sin certificación. Atender cualquier fuga por mínima que parezca. Y sobre todo, entender que el fuego en un auto no es algo lejano. Puede pasar en cualquier momento, en cualquier calle, en cualquier ciudad. Y cuando pasa, lo único que importa es sobrevivir.
¿Y si es un auto híbrido o eléctrico?
Cuando se trata de un auto eléctrico o híbrido , el riesgo cambia de forma, pero no desaparece. Aunque eliminan muchos de los factores clásicos asociados a los incendios (como fugas de gasolina o sobrecalentamientos por aceite), introducen otros igual de peligrosos. Las baterías de iones de litio , si sufren daños internos por golpes, sobrecargas o defectos de fábrica, pueden entrar en un estado conocido como fuga térmica, una reacción en cadena que eleva la temperatura a cientos de grados en cuestión de segundos.
Si un auto eléctrico o híbrido comienza a incendiarse, la prioridad es la misma: salir y alejarse. Pero los protocolos para extinguir el fueg o son distintos. No cualquier extintor sirve, y los cuerpos de emergencia requieren equipos especiales para sofocar llamas que involucran baterías. Además, en estos casos, el riesgo de una descarga eléctrica persiste aún con el vehículo apagado.
Las marcas suelen colocar etiquetas que indican dónde cortar la alimentación, pero en medio de una emergencia no siempre es fácil acceder a ellas. La tecnología puede cambiar el tipo de incendio, pero no elimina el riesgo. Por eso es fundamental conocer el auto que se maneja y actuar sin dudar si algo no parece normal.