
Que dice Netanyahu que “no hay hambruna en Gaza” . “Si hubiésemos tenido una política de hambruna, nadie en Gaza habría sobrevivido”, afirmaba este domingo en una rueda de prensa (parte de una intensa operación de relaciones públicas para minar la credibilidad de las instituciones internacionales, los datos e incluso las fotos de niños esqueléticos). Te despistas, y de pronto son ellos las víctimas de su propio bloqueo: “[Hamás] utiliza la hambruna como herramienta de guerra contra nosotros. Es un arma estratégica en sus manos”, ha llegado a decir el portavoz del Ejército .
Tras 22 meses de ofensiva, es como si los datos y las cifras ya no hiciesen efecto. Da igual 3.000 que 60.000. Las múltiples advertencias de la ONU sobre la hambruna en Gaza suenan como gotas de lluvia en plena tormenta. Nadie se asusta. Quizá nombre, apellidos y su foto ayuden mejor a desenmascarar las mentiras de Israel, que lleva casi dos décadas asediando la Franja con un estricto bloqueo en el que incluso una silla de ruedas se considera de doble uso (civil-militar). He elegido solo tres fotos de esas que el primer ministro no quiere que veamos.
En su rueda de prensa, Netanyahu amenazó con demandar al New York Times por publicar una imagen de este tipo sin advertir que el niño de la foto padecía una enfermedad previa. Evidentemente, los enfermos son las primeras víctimas de la hambruna y, enfermos o no, en Gaza se pasa hambre.
ADVERTENCIA: algunas imágenes son duras.
El martes, Umm Saad y Umm Ahmed se arrastraban por la arena de Ciudad de Gaza con un colador en la mano como mineras buscando oro para encontrar granos de arroz, lentejas y judías de los paquetes de ayuda lanzados desde el aire y que rompen al caer. Tratan de llevar algo de comer a sus casas. Moiz Salhi/Anadolu via Getty Images.
El miércoles, el cuerpecito inerte de Judi El Arour esperaba en la morgue del Hospital Al Shifa, en Ciudad de Gaza. Judi murió de hambre, según informa Khames Alrefi, autor de la foto para Anadolu (vía Getty Images).
Maryam Duvvas, de 9 años, está en estado grave por desnutrición y recibe tratamiento en el Hospital Asociación Amigos del Paciente, que tiene la principal unidad de tratamiento por desnutrición en Ciudad de Gaza. Foto: Ali Jadallah/Anadolu (vía Getty Images).
Ataques a la ONU
Estas son precisamente las imágenes que Israel quería evitar cuando lanzó su propia tapadera humanitaria marginando a la ONU y al resto de organismos internacionales. Un programa con cuatro puntos de distribución militarizados convertidos en zonas de asesinatos orquestados . Desde el 27 de mayo que se puso en marcha el programa, 1.373 civiles palestinos desarmados han sido asesinados en las matanzas de hambrientos cuando buscaban comida, según datos de la ONU.
“No hay hambruna en Gaza. Hay hambruna de la verdad”, decía en una tensa entrevista en Sky News el portavoz de Netanyahu (digna de ver completa) . Israel describe una pérfida ONU aliada de Hamás que da datos manipulados —como que uno de cada cinco niños sufre desnutrición— y a la que acusa de “incompetente” e incluso de colaborar en esa hambruna que teóricamente no existe .
“Tenemos toneladas de ayuda en el lado gazatí y la ONU no está dispuesta a repartir”, decía Netanyahu el domingo. El portavoz del secretario general, Stephane Dujarric, ya recordó a los líderes israelíes que “el cruce de Kerem Shalom no es un autoservicio de McDonalds donde simplemente te paras y recoges lo que pides”. “Creo que hay una falta de voluntad para permitirnos hacer nuestro trabajo”, añadió. No basta que la ayude entre en Gaza, hay que crear las condiciones para su distribución de acuerdo con los principios humanitarios (que no existen en la Fundación Humanitaria de Gaza ni en sus puntos de distribución).
Si uno solo se expone a la narrativa israelí, parece que un desastre natural ha arrasado Gaza y que sus soldados son la principal agencia de ayuda de la zona. Pero es Israel quien ha destruido todo, ha impedido durante semanas la entrada de un solo grano de arroz, ha creado las condiciones para los saqueos de la ayuda humanitaria y ha asesinado a los hambrientos que iban a recogerla, según los testimonios y las agencias internacionales. Es más, impiden incluso que los gazatíes puedan sobrevivir con sus propios recursos: les han prohibido pescar (e incluso bañarse en el mar) y han destruido sus tierras de cultivo —los palestinos solo pueden acceder al 1,5% de sus tierras de cultivo—. Si no es un plan diseñado, se parece mucho.
A la sociedad israelí no le importa
Su tapadera humanitaria ha sido un fracaso. Dijeron abiertamente que su implantación era la forma de seguir gozando de la impunidad que le otorgan sus protectores internacionales, especialmente EEUU, pero hasta Trump se ha pronunciado . “Esos niños parecen muy hambrientos… eso es hambruna real”. Luego está Marco Rubio, el secretario de Estado de EEUU, que dice que la crisis humanitaria en Gaza es real, pero que “no se está prestando la atención suficiente a que 20 personas que no tenían nada que ver con esto están retenidas como rehenes en túneles al borde de la muerte”.
Diseñaron la Fundación Humanitaria de Gaza, en teoría, para que Hamás no robase la ayuda y ahora lanzan paquetes desde el cielo que pueden caer en cualquier sitio. Es la prueba de su fracaso. Repiten orgullosos que la polémica fundación ha repartido en más de 60 días alrededor de 90 millones de comidas. Si desglosamos los datos entre 2 millones de personas y tres comidas al día eso equivale a 15 días de comida (y eso viniendo de semanas de bloqueo absoluto e ignorando que ir a los puntos de distribución es asumir el riesgo a ser asesinado). Mientras tanto, Netanyahu anuncia una nueva fase de la guerra que supone una nueva escalada pese a las advertencias y la oposición del Ejército.
“No conozco ningún otro ejército que haya permitido la entrada de tanta cantidad de ayuda a la población civil en territorio enemigo”, decía el domingo Netanyahu. Se le olvidó un pequeño detalle: que Israel es el que ha impuesto un asedio medieval sobre la Franja. Sin embargo, su discurso ha calado en Israel y ese mismo argumento me lo repitieron varias personas cuando estuve allí el año pasado. “Los únicos a los que se niega la comida en Gaza es a nuestros rehenes”, añadía indignado el primer ministro en su rueda de prensa del fin de semana.
“¿En qué medida le preocupan o no le preocupan personalmente las noticias sobre la hambruna y el sufrimiento de la población palestina en Gaza?”, preguntaba una encuesta reciente a los israelíes. El 79% de la población judía de Israel decía no estar muy preocupada o en absoluto preocupada. El 86% de la población árabe israelí sí lo está. Divididos por orientación ideológica, solo el 6% de la derecha se muestra afectado por las informaciones de hambruna.
Un último recordatorio: la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria, una iniciativa apoyada por la ONU, gobiernos y ONG ha afirmado que “en Gaza está ocurriendo el peor escenario posible de hambruna”. “Cada vez hay más pruebas que demuestran que la hambruna generalizada, la malnutrición y las enfermedades están provocando un aumento de las muertes relacionadas con el hambre”. Un tercio de la población de Gaza no come durante varios días seguidos y, según el Ministerio de Sanidad, controlado por Hamás, han muerto 212 personas de hambre, 98 de ellos, niños.
Una recomndación
'Un cerdo en Gaza'. Esta película (2011) cuenta la historia de un humilde pescador de la Franja (cuando Israel permitía pescar) que echa sus redes al mar y acaba recogiendo un cerdo vivo. Atrapado entre el gobierno islamista de Hamás y la ocupación israelí, la película cuenta las aventuras de Jafar con el cerdo, considerado impuro por todos.
La semana por delante
¿Quién dijo que en agosto no pasan cosas? Esta semana tenemos dos fechas clave:
- El martes acaba la pausa en los aranceles impuestos por EEUU a China.
- El viernes Trump se reúne en Alaska con Vladímir Putin para hablar de la guerra en Ucrania
Hasta la próxima semana.