Jerusalén, 11 ago (EFE).- Entre los escombros de una escuela atacada, en los hospitales abarrotados de pacientes, en funerales, entre niños desnutridos… a todos esos lugares e historias llegaba el incansable reportero Anas al Sharif de la cadena Al Jazeera, quien, desde el inicio de la ofensiva israelí, tuvo claro cuál iba a ser su misión: narrar y mostrar al mundo el horror de su Gaza, su tierra.

Lo hizo sin descanso y con constantes amenazas de Israel desde hacía más de un año acusado, sin pruebas sólidas ni verificables, de ser miembro del brazo armado Hamás. Ayer, poco antes de la medianoche, esas amenazas se materializaron. El Ejército israelí le arrebató la vida en un bombardeo directo, según denuncian fuentes médicas, contra su tienda de campaña.

Media hora antes de que una de esa

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