
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha compartido recientemente un vídeo en la red social X en el que varios pastores estadounidenses afirman que ya no se debería permitir votar a las mujeres. Hegseth, también líder del Pentágono, retuiteó el jueves un segmento de un programa de la CNN que trataba sobre el pastor religioso Doug Wilson, un nacionalista cristiano que cofundó la Comunión de Iglesias Evangélicas Reformadas —CREC, por sus siglas en inglés—, con sede en Idaho. Se le escucha decir que las mujeres no pueden votar.
“A mí me gustaría que este país fuese una nación cristiana y que este mundo fuera cristiano”, decía después Wilson. Otro de los pastores entrevistados para el programa, Toby Sumpter, aseguraba: “Normalmente sería yo quien emitiera el voto, pero lo haría después de haberlo discutido con mi familia”. También afirmaban que las mujeres no deben ocupar puestos de liderazgo en el ejército ni desempeñar funciones de combate de alto perfil.
Hegseth respondía a ese vídeo en un tweet, escribiendo: “Todo Cristo para toda la vida”. Según la información que publica al respecto el diario The Guardian, un portavoz del Pentágono explicó este sábado que Hegseth es “un miembro orgulloso de una parroquia afiliada” a la CREC. “El secretario aprecia muchas de las enseñanzas y escrituras de Mr Wilson”.
Las declaraciones de Hegseth han despertado polémica por lo evidente del machismo que destilan. Y no todos los sectores religiosos ni evangélicos están de acuerdo con ellas, ni mucho menos. Algunos pastores han afirmado al Guardian que son comentarios “perturbadores” y “peligrosos”.
La publicación del vídeo llega en un momento en que la administración de Donald Trump ha intensificado sus esfuerzos por promover el nacionalismo cristiano. Incluso ha publicado una orden ejecutiva para crear un grupo de trabajo federal que investigue un supuesto “sesgo anticristiano” que está seguro que existe en las agencias públicas gubernamentales.
El político estadounidense, que en varias ocasiones ya ha manifestado su desacuerdo con que las mujeres puedan optar a puestos en las fuerzas armadas, llegó a la secretaría de Estado con un rastro de acusaciones por acoso sexual.